Un transmisor molecular (MC-Tx) codifica información en una propiedad física de las moléculas, como la concentración, el tipo, la proporción o el orden, y libera las moléculas de información a una velocidad controlada. Esta comunicación se convierte en una secuencia de bits a través de la codificación de origen y canal. El tren de bits resultante se transmite a través de un canal de comunicación mediante el uso de técnicas de modulación para garantizar que el rendimiento de transmisión sea suficiente para cumplir los requisitos de la aplicación.
Las métricas de rendimiento importantes incluyen fugas fuera de estado, precisión de la velocidad de transmisión, resolución y alcance, así como retardo de transmisión. La fuga fuera de estado, la fuga no deseada de moléculas del MC-Tx al medio ambiente, degrada las comunicaciones de MC al contribuir al ruido del canal de fondo y es inaceptable en algunas aplicaciones de nicho, como la administración dirigida de fármacos [42].
La velocidad de transmisión, la precisión y la resolución de un MC-Tx pueden mejorarse adoptando un factor de modulación más alto y empleando técnicas de codificación más sofisticadas. Sin embargo, los factores de modulación elevados conducen a un aumento significativo de la energía consumida para codificar y transmitir cada símbolo, lo que limita su aplicación a velocidades de datos bajas. Además, la elevada relación señal/ruido de los canales MC agrava el efecto de la interferencia entre símbolos (ISI), lo que provoca un aumento de la sensibilidad y los problemas de detectabilidad.
Como alternativa, proponemos utilizar códigos de bloque de menor complejidad, como códigos de paridad simples o códigos cíclicos, que ofrecen un buen equilibrio entre rendimiento y consumo de energía. Para reducir la potencia de transmisión, también introducimos un control de amplitud adaptativo que ajusta la salida del transmisor al valor óptimo para cada vehículo.